Arturo Herrero

Weeknotes

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Conticinio.

  • Ese momento de la noche cuando todos duermen, la casa está en silencio y se ven las luces del skyline de fondo.

    Al igual que hay un término japonés –Tsundoku (積ん読)– para referirse al hábito de adquirir libros pero dejando que se amontonen sin leerlos, he buscado qué término describe mejor ese momento de la noche en que todo está en silencio. Hete aquí que tenemos en español la palabra «conticinio».

    «Sobre la noche» y sus distintas partes hay un capítulo en las Etimologías, de San Isidoro de Sevilla:

    1. La palabra «noche» deriva de «nocivo», porque «hace daño» a los ojos. Precisamente tiene la luz de la luna y de las estrellas para que no se encuentre sin claridad alguna y sirva de alivio a cuantos trabajan de noche, y para proporcionar luz suficiente a seres vivos que no pueden soportar la luminosidad del sol. 2. La alternativa sucesión de la noche y del día se produce debido a la también alternativa sucesión de sueño y vigilia, y para que el descanso de la noche mitigue el esfuerzo del trabajo diurno. 3. Se produce la noche porque el sol se encuentra cansado de su larga carrera y porque, al llegar a su último tramo de cielo, comienza a agotarse y emite ya tibios sus rayos; o porque, aunque sigue luciendo bajo la tierra con idéntica intensidad que sobre ella, sin embargo, la sombra misma de la tierra provoca la noche. De ahí que diga Virgilio: «Se precipita la noche en el océano envolviendo con su amplia sombra la tierra y el cielo». 4. Siete son las partes de la noche: atardecer, crepúsculo, conticinio, intempesto, gallicinio, madrugada y alba. 5. El atardecer se llama «vesper», por la estrella del ocaso que sigue al sol poniente y precede al comienzo de las tinieblas. De ella dice Virgilio: «La estrella vespertina, después de cerrar las puertas del Olimpo, pondría término al día antes de…». 6. Las tinieblas se llaman así porque «tienen sombras». 7. Crepúsculo es la luz incierta, ya que «incierto» se dice en latín creperum, esto es, entre la luz y las tinieblas. 8. Conticinio es el tiempo en que todos callan, pues conticescere es «callar». 9. Intempesto es el espacio medio e inactivo de la noche, cuando no puede hacerse nada y todo descansa entregado al sueño. Y es que el tiempo no es concebido por sí mismo, sino al través de los actos humanos. Ahora bien, el período central de la noche carece de actividad. 10. En consecuencia, «intempesto inactivo», viene a equivaler a «sin tiempo», esto es, sin acción, por la cual se determina el tiempo; de donde la expresión «has llegado intempestivamente». Resumiendo: se dice «intempesto» porque carece de tiempo, es decir, de actividad. 11. El gallicinio se llama así a causa de los gallos, heraldos de la luz. 12. Madrugada es el período que media entre la retirada de las tinieblas y la llegada de la aurora. A este tiempo se le denomina «matutino» porque en él comienza a fraguarse la mañana. 13. El alba es como una pequeña luz del día que empieza a brillar. Se la llama también aurora, que precede al sol. 14. La aurora es el comienzo del día que empieza a clarear y el primer resplandor del aire, que en griego se dice eos; nosotros, por derivación, lo llamamos «aurora», como si dijéramos «eorora». De donde aquello de Virgilio: «Y el Euro ufano con los caballos de oriente», y también: «Los ejércitos venidos del Oriente».

  • He salido a pasear con Olivia y se ha quedado dormida. Ha sido un error por mi parte salir sin un libro bajo el brazo—como siempre acostumbro a hacer. Tengo el móvil, sí. Y estoy escribiendo este párrafo desde un parque de Londres. Es una preciosa y soleada mañana de domingo. Su espalda contra mi pecho. Su respiración lenta y profunda. Momentos que merecen la pena recordar.

October 09, 2022 | @ArturoHerrero