Arturo Herrero

Escuela Española de Economía

La Escuela de Salamanca es el término usado para describir a un grupo de pensadores católicos escolásticos de los siglos XVI y XVII considerados el centro del renacimiento del pensamiento durante el Siglo de Oro español. Aunque su inicio tuvo lugar en la Universidad de Salamanca por Francisco de Vitoria, también se utiliza el término Escuela Española de Economía para designar a un grupo más amplio de autores escolásticos que lograron identificar en sus obras la mayoría de los principios del crecimiento económico y las instituciones que son el origen del orden natural y espontáneo del mercado. Algunas de las figuras más destacadas por sus aportaciones son Martín de Azpilcueta, Domingo de Soto, Diego de Covarrubias, Tomás de Mercado, Luis de Molina, Juan de Mariana y Francisco Suárez, entre otros.

Entre los aspectos que propiciaron este desarrollo intelectual destacan el descubrimiento de América, el desarrollo del humanismo renacentista, la Reforma protestante y los avances científicos en campos emergentes como la astronomía y la anatomía. Estos factores motivaron la definición de este marco institucional «escolástico» que defendía los derechos individuales de vida, libertad, propiedad privada y la igualdad de trato ante la ley.

Los escolásticos definieron los conceptos básicos del derecho internacional, los derechos de los pueblos indígenas, los derechos de las mujeres y la libertad religiosa. Hicieron aportaciones a la teoría de precios, inflación, teoría subjetiva del valor, los mercado de préstamos, propiedad privada, fiscalidad, funciones del Estado y marco institucional para la actividad económica. También reflexionaron sobre la necesidad de limitar el poder político, respetar la propiedad privada, soberanía del pueblo, el principio de consentimiento de los ciudadanos frente a los cambios de leyes, subidas de impuestos, alteración de la moneda y el derecho de oposición, rebelión o, finalmente, de derrocamiento de los tiranos.

Respecto a los referentes intelectuales de esto autores están Tomás de Aquino, que conciliaba la razón y la fé con la tradición clásica de Aristóteles y el derecho romano partiendo de una concepción antropológica del hombre y del «amor cristiano», y Agustín de Hipona con su mística («acción del Espíritu Santo en el ser humano») para desarrollar instituciones del alma (empatía, misericordia, caridad, compasión) que derivan en instituciones morales (normas de conducta y patrones de comportamiento adquirido que impulsan el respeto por los derecho individuales: principio de no-coacción, no-coerción, no-violencia).

Estas instituciones sociales evolutivas y órdenes espontáneos articulan las sociedades civilizadas, abiertas y libres. Entre los órdenes sociales autorregulados y las instituciones sociales que de ellos se derivan encontramos los derechos individuales a la vida, la libertad, la propiedad y la igualdad de trato ante la ley; la familia, la educación en valores, el mérito y capacidad, el lenguaje, los contratos, el comercio, el dinero, la banca, la empresarialidad, la inversión, etc.

En definitiva, las aportaciones de la Escuela Española de Economía defienden el «auctoritas» moral de sus obras intelectuales frente a la «potestas» del Rey y su Corte en la gestión de los asuntos políticos y económicos.

Sus obras se transmitieron por Europa y América gracias al latín, que era el idioma común del mundo académico en esa época, y también gracias al uso de la imprenta, que permitía publicar y difundir gran cantidad de libros. Entre las figuras influenciadas por estas obras se encuentran John Locke, John Adams y Thomas Jefferson. Así podemos trazar una tradición liberal de las instituciones y principios de libertad que provienen de la herencia intelectual de la Grecia clásica, el derecho romano, la patrística cristiana, la Escuela Española de Economía, los padres fundadores de los Estados Unidos de América y la Escuela Austriaca de economía.


Referencia: La escuela española de economía, Ángel Fernández Álvarez.

June 30, 2020 | @ArturoHerrero